
Parece que te pasas la vida aprendiendo reglas para luego, antes de cerrar la puerta, escuchar ‘chao, gracias por la visita’. Enseñar reglas es fácil. Recuerdo cuando era pequeña y todo era muy simple porque no entendía. Todo era según mis reglas o las pocas que ya conocía. De repente, teniendo niños a mi cargo me doy cuenta de cómo puedo estar condicionándolos siguiendo las reglas de los demás. Y es que así funciona el mundo, si quieres avanzar y desarrollarte, debes seguir los caminos inescrutables de la sociedad. Quieras o no, estás en un sistema. Un sistema que no perdona, te ayuda pero la vida es siempre avance, crecimiento y continuo movimiento. Las reglas… ¿para qué las queremos? Ley, orden y seguridad (¿recuerdas la Pirámide de Maslow?). No me imagino un mundo sin reglas y leyes, como no me imagino a una sociedad sin mente inconsciente.
Prefiero un mundo de locos y aprender un par de parámetros, a un mundo caótico dominado por la mente inconsciente.
¿Y tú? ¿Cómo han influido las reglas de la sociedad en tu vida?
- A.